Estas vacaciones de invierno, el Centro Anpuy no descansó… ¡se llenó de vida!
Los chicos y chicas que acompañamos cada día compartieron desayunos calentitos, juegos en la plaza, experimentos asombrosos y momentos de pura creatividad con arte, pintura y tortillas amasadas por sus propias manos.
Jugando, imaginando y creando juntos, descubren que aprender también puede ser divertido.
Porque para muchos, Anpuy es más que un centro de día: es un lugar donde se sienten cuidados, acompañados y libres para ser.